Tu esencia es el amor, tu esencia es divina, tu esencia es luz, por tanto eres un ser que naciste para crecer en las cualidades de Dios, para desarrollar en esta escuela tierra todo el poder que albergas en tu corazón. El cuerpo que tienes pertenece a la madre tierra, es un vestido temporal para poder desplegar tu amoroso poder aquí. Tu ser es más grande que ese cuerpo y eres de un belleza excelsa, porque tienes las cualidades del Supremo de donde te originas.
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POR TANTO NO TEMAS, SE TU MISMO, SE AMOR. Nada malo puede tocarte, porque el amor es intocable por la maldad. El temor debilita tu paz, no temas, porque el temor te roba la energía para actuar, se amor, se confianza plena en Dios, se confianza plena en ti mismo. Piensa siempre a cada momento en tu verdadero origen que realmente es el amor.
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Si temes, creerás que eres atacado. El temor abre tu imaginación a lo que se creen son los males y te verás rodeado de angustias y pesares. Reitera siempre “Yo Soy Amor, mi esencia es poder creador”. Porque nada puede dañarte, nada puede faltarte cuando tomas consciencia de tu origen divino, porque no estás separado del cielo, tú vives en las entrañas del cielo, el cielo está en ti, tú estás ahora en el cielo.
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La escasez solo es un reflejo de la poca consciencia que tienes de tu origen divino. Habitas en un planeta que está en un universo que todo lo tiene, todo lo posee, todo está a la disposición para que lo construyas. Solo tienes que ser consciente de tu origen divino y actuar sin temor, solo con amor.
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Cuando actúas con amor, eres tú mismo. Tus actos de amor son congruentes a tu esencia y con ellos construyes tu fortaleza. El amor que cimientas jamás se pierde, solo te ubica en el sendero que te corresponde. Si has sembrado con amor y alguien se aleja de tu lado, es porque el amor te está ubicando en el fértil sendero que te pertenece. No te aferres a una ilusión, solo aférrate al amor, confía a en ti mismo que tu camino se devela, en la medida que develes el amor de tu corazón.
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No ataques, atacar es una consecuencia del miedo, y la agresión a los otros debilita tu paz y prosperidad. Conserva tu altura amorosa, no desciendas del altísimo nivel del amor. Confía en Dios, confía en ti, confía en tus actos de amor, no los cambies por agresión. La agresión te roba la luz y te rebaja al nivel de alejar tu consciencia de tu poder. La agresión te roba poder. No aceptes una amenaza, solo cámbiala por amor sea cual sea ella la circunstancia.
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No existe nada que justifique la ira. Se amor, se tu mismo.
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Namasté!
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